En la cuna del mundo megaindustrializado, donde la producción en serie es la norma, donde la utilización de la última sofisticación de la tecnología es un imperativo, emerge este extraño ser de pelo cano (el director). Cultor de las antiguas tradiciones y amante de los detalles únicos, transforma cada obra en una pieza de arcilla en que puede rastrearse las huellas de sus propias manos.
Esta película no es la excepción; nos ataca constantemente con detalles, a veces evidentes, a veces imperceptibles. El camino del espectador es el que vamos construyendo al recoger esas migajas que nos va lanzando... El sendero puede llevarnos a lugares muy lejanos...
Espero que les haya ayudado... a perderse inevitablemente... eso es lo más importante.
Abrazos.
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