domingo, 30 de septiembre de 2012

Opening Nigth, de John Cassavetes


Anoche ocurrió nuevamente,
Me refiero a mira sine, el milagro.
El milagro de hacer mucho con poco.
Sí, con poco.
Poca gente, poca plata, poco tiempo, poca comida, poco egoísmo, poca pretensión, poca solemnidad, poca arrogancia; y aun así, o por eso así, logramos mucho. Mucha comunión, mucha cultura, mucha comunicación, mucha buena energía, mucho aprendizaje y mucha reflexión.
Cassavetes, su esposa y amigos, fueron sólo la excusa, el pretexto, por el que un puñado de personas hermosas que son capaces de mover el culo del sillón y apagar la tele,  nos reunimos a beber un poco de vida y compartirla.
Gena Rowlands lució su arte ante un público ávido y atento, su magnífica representación tuvo el mejor premio que consigue el artista, captar la atención y admirar.
No son pocos los artistas que dan la vida en el escenario en búsqueda de un poco de silencio y respeto, cuando la prensa los valora sólo ante óscares y martines fierros.
Fuimos lo que ella quería, para lo que ella trabajó duramente. Eso es mérito nuestro. Compensó nuestra actitud brindándonos un momento sublime. Ese contacto sólo se logra mediante la voluntad, encontrada, del artista con su público.
Es lo que hacemos en mirá sine.

No hay comentarios:

Publicar un comentario